martes, 29 de mayo de 2012

El cartucho maldito

 



¿Realidad, ficción, maldito fake, demonios sueltos o simplemente mucho tiempo libre? La historia comienza cuando a un joven le regalan un Nintendo 64 algo maltrecho. El muchacho decide comprar algunos juegos de segunda mano y durante su travesía por una venta de garage se topa con un anciano bastante extraño y tenebroso que le vende un cartucho de N64 algo desgastado, negro y con el nombre Majora anotado con marcador.

Aunque la apariencia del viejo le despierta alguna desconfianza al joven, este compra el juego a precio de ganga sin saber que su pesadilla apenas comenzaba.
Al comenzar a jugar, se da cuenta que hay un archivo guardado con el nombre de "Ben". Ese archivo está bastante adelantado, pero no acabado. El juego en si corre bien, aunque parece que es una versión beta de Majora's Mask de Zelda por algunos pequeños errores en las texturas.
Durante un rato todo es normal. El joven jugador bautiza a su personaje como "Link", sin embargo, a lo largo del juego, la inteligencia artificial del juego lo llama "Ben" o "Link" de forma indistinta.
Parece que el juego tiene un bug raro, y el propietario del cartucho decide borrar el archivo de Ben para ver si con esto se arregla el bug del juego. Nada más lejos. Pronto comienzan a pasar cosas muy extrañas.
El juego despliega dialogos raros, la música se escucha al revés y comienzan a ocurrir cosas extrañas, glitches, risas macabras de fondo y situaciones fuera de lo normal. Que se repiten, y se repiten y se repiten.

De repente, el juego se resetea, se auto crea un archivo llamado Drowned (literalmente 'ahogado') y Skull Kid aparece frente a ti todo el tiempo, matandote de forma instantanea. Para rematar, Link comienza a aparecer contorsionado en posiciones demoniacas. No sólo eso, el personaje muere ahogado, siendo un Zora. Los conocedores del juego saben que los Zoras pueden respirar bajo el agua.

El terror se apodera del muchacho que juega. Quiere dejar el título, pero la fascinación y el terror se lo impiden. "Apaga el maldito Nintendo", piensa, pero no puede. Una y otra vez el nombre de Ben aparece en el juego, y una y otra vez es asesinado por Skull Kid, con las risas de fondo y la música tocada al revés.

El muchacho no soporta más la situación y va a buscar al anciano para que le diga quien fue el propietario anterior del juego. Pero nada. El viejo se ha ido, y con él, las respuestas que buscaba. Le pregunta a los vecinos y estos responden que sí, en aquella casa vive un anciano que rara vez se aparece. Muy extraño y bizarro. Entonces, sin querer, el joven pregunta al vecino si sabe quien es Ben. La sangre se le congela.

"Ben - dice- fue un muchacho que sufrió un accidente horrible hace 8 años. Vivía en la casa donde ahora habita el anciano".
El joven de esta historia ahora vive atemorizado. Hace tiempo que dejó de jugar Majora's Mask. Pero cada vez que cierra los ojos no deja de aparecer en su mente el nombre de Ben. (Nota: en el enlace que dejo más adelante se narra que el autor ya sabe que Ben está muerto. Al parecer, murió ahogado [Drowned])


Ahora, algunas aclaraciones que traduzco de Creepy + Pasta, el blog de donde fue tomada la entrada y que recomiendo leer de forma completa, aunque está en inglés, porqué está bastante bien escrita.

Jedusable (el que narra la historia) comenzó a grabar los videos cuando notó que algo iba mal en el juego, más allá, según, de un bug. Por eso el video empieza más o menos por donde empieza la narración. Casi al final de la historia, le pasa una memoria USB a su compañero de cuarto en la universidad, quien es el que sube los videos a Youtube. Según la narración del compañero de Jedusable, mañana se publican las notas de éste para saber cuáles fueron sus pensamientos mientras jugaba.

Al parecer Jedusable está bien, aunque en la narración de su compañero de cuarto, como toda buena leyenda urbana, deja espacio para la desaparición de éste: sus padres fueron por Jedusable "tan rápido que nunca los vio", además de que no lo ha intentado llamar, esperando que descanse.

Dejo los cuatro videos tomados en el orden que aparece. Ayer en Twitter comenté que los videos no me parecieron tan sorprendentes. Tal vez porque sé que se pueden editar, y que toda la leyenda se puede basar en un juego hackeado y una edición bastante buena de los videos. Aún así, lejos de estar molesto o aburrido por el hoax, reconozco la capacidad para narrar bien una historia de terror, basada en algo tan inusitado como un videojuego.

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