Sin embargo, las luces estroboscópicas del juego provocaban reacciones nocivas en el jugador, como alucinaciones auditivas y visuales, ataques epilépticos, terrores nocturnos, mareos, vómitos y pérdidas de la memoria. Otros aseveran que, con el rabillo del ojo, era posible ver caras fantasmales en la pantalla, así como mensajes que incitaban a la apatía social, la rendición de la voluntad, el no cuestionamiento de la autoridad, o el suicidio. También se dice que, junto con los estruendosos sonidos del videojuego, era posible escuchar voces y lamentos.
martes, 29 de mayo de 2012
Polybius
La leyenda urbana sostiene que en 1981, apareció un juego de arcade llamado Polybius en varios suburbios de Portland, incluyendo algunas parte de Oklahoma. El videojuego había sido desarrollado por la firma Sinneslöschen
(cuya traducción del alemán es “pérdida de los sentidos”), la cual
supuestamente era parte de una rama secreta del gobierno de Estados
Unidos — incluso se dice que era un seudónimo de Atari. El juego
consistía en manejar una nave que disparaba a una serie de enemigos. La
particularidad de este título era que el vehículo se mantenía fijo,
mientras que la pantalla giraba en torno a la nave. Polybius se
distinguía por sus gráficas de colores chillantes y muchos efectos de
luz.
Sin embargo, las luces estroboscópicas del juego provocaban reacciones nocivas en el jugador, como alucinaciones auditivas y visuales, ataques epilépticos, terrores nocturnos, mareos, vómitos y pérdidas de la memoria. Otros aseveran que, con el rabillo del ojo, era posible ver caras fantasmales en la pantalla, así como mensajes que incitaban a la apatía social, la rendición de la voluntad, el no cuestionamiento de la autoridad, o el suicidio. También se dice que, junto con los estruendosos sonidos del videojuego, era posible escuchar voces y lamentos.
Esta leyenda urbana tambén se vincula con los Hombres de Negro.
Varios jugadores dicen que dos hombres de traje negro aparecía en las
salas de juego para apuntar sobre los efectos del videojuego. Incluso se
comentó que los agentes se quedaron atónitos cuando miraron a la
pantalla de la máquina. Al final, los periódicos de Portland publicaron
sobre el fallecimiento de un jugador a causa de un ataque epiléptico. Al
día siguiente, los Hombres de Negro acudieron a todas
las salas, llevándose las unidades de juego, para nunca más volver. Esta
leyenda urbana es tan conocida, que incluso fue honrada con una
aparición en Los Simpson.
Sin embargo, las luces estroboscópicas del juego provocaban reacciones nocivas en el jugador, como alucinaciones auditivas y visuales, ataques epilépticos, terrores nocturnos, mareos, vómitos y pérdidas de la memoria. Otros aseveran que, con el rabillo del ojo, era posible ver caras fantasmales en la pantalla, así como mensajes que incitaban a la apatía social, la rendición de la voluntad, el no cuestionamiento de la autoridad, o el suicidio. También se dice que, junto con los estruendosos sonidos del videojuego, era posible escuchar voces y lamentos.
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